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Internet: amigo o enemigo


Desde antes de quedarme embarazada, siempre he tirado de internet para todas las consultas ¿cuándo estaré ovulando? ¿cómo saber si estoy embarazada? ¿cuándo me puedo hacer un test? ¿cómo distinguir el sangrado de implantación?... y todas las millones de preguntas que se me pasaban por la cabeza, hasta tal punto que me leía varias veces los mismos artículos todos los meses, me sabía de memoria hasta páginas enteras de comentarios de chicas en mi misma situación hablando en foros. Se convierte en una obsesión y, en mi caso, viendo que pasaban los meses y no me quedaba embarazada fue bastante deprimente.


Antes de quedarme embarazada de Oliver, tuve un pequeño aborto, digo pequeño porque fue un retraso de 5 días, y si no hubiese estado tan obsesionada con el tema, ni me habría enterado de que había llegado a estar embarazada, habría sido simplemente eso, un retraso y mi regla totalmente normal. Pero esta ansiedad por hacerme los test todos los meses y el estar mirando constantemente el calendario, consultando en internet, etc, etc; me jugaron una mala pasada, y me llevé un sofocón que ahora, desde la distancia, pienso que habría sido innecesario si hubiese seguido otra filosofía desde el primer momento.


A partir de ahí, mi negatividad que si normalmente ronda entre el 5-10% (suelo ser una persona bastante positiva ante las adversidades) en este momento, y en esta situación tan delicada, ascendió al 90% en lo referente a tener hijos. Ya pensaba cosas como "para que me voy a preocupar todos los meses si no me voy a quedar nunca jamás embarazada" o "que tontería seguir contando los días de ovulación o apuntar cuando me viene la regla, si total, no voy a tener hijos". Son pensamientos muy dramáticos, y en el fondo, en ese momento, también sabía que estaba siendo una exagerada; pero al final, me sirvieron para relajarme, para no pensar todo el tiempo si me vendría o no la regla, si tenía algún síntoma, si mi temperatura basal era la adecuada para concebir. Quiera que no, todo esto genera un estrés y una ansiedad, una presión mental constante que te creas a ti misma y que en mi opinión es totalmente contraproducente. Dejé de mirar el móvil, de contar días, de ponerme el termómetro, de mirarme las bragas cada vez que iba a hacer pis, y no me vino más la regla. Para cuando me di cuenta de que estaba embarazada ya llevaba 3 semanas de retraso.


Una vez que me quedé, tanto mi marido como yo, pusimos una aplicación en los móviles que nos tenía muy entretenidos, semanalmente te decía el tamaño del bebé comparándolo con vegetales, y diariamente te recomendaba artículos a cerca de como comer en el embarazo, como evitar las nauseas, que hacer si tienes determinados síntomas, y hasta cómo vestir durante el embarazo. Parece ser que no había escarmentado, así que ahí seguía aferrada al móvil, saturándome a información de la cual el 98% era totalmente innecesaria. Pero bueno, como ya he dicho, nos tenía entretenidos y te hace sentir que ves como crece tu bebé y no solo por la panza; además, lo más útil es que te ayuda a saber en que dichosa semana del embarazo estas. Las 20 primeras las cuentas sin problemas, pero a partir de ahí a mi se me iba la cuenta.


En mi experiencia, lo peor de consultar en internet viene cuando el bebé ya está fuera. Yo no tenía tiempo para coger el teléfono, ni siquiera si me llamaban. Pero el padre,... el padre todo lo consultaba en internet: que si no podemos hacer esto, que si no podemos hacer lo otro, que si hay que ponerlo así o hay que ponerlo asá; me llegó a decir hasta qué estaba haciendo mal según no se que artículo al darle el pecho al bebé. Creo que en todos los años que llevamos juntos, no hemos discutido tanto como el primer mes del bebé en casa. Hasta que, por fin, dio con un artículo en el que especificaba que no se debía opinar o criticar a la madre a cerca de la forma en la que amamanta a su bebé, que había que dejarnos nuestro espacio para adaptarnos tanto nosotras al bebé como el bebé a nosotras. Cuando leyó estas palabras en voz alta, en mi cabeza resonó un ¡Aaaaaaaaaleluya! mientras que con mi mirada lo mandaba a tomar viento.


Por otra parte, positivo de lo que se encuentra en internet, de lo que más me ha ayudado en este periodo de mi vida, los "apuntes de Alba Lactancia". Me los recomendó mi amiga y matrona, que es a ella a la que yo siempre he recurrido tras el parto con todas las dudas que se me han ido cruzando por el camino. Y la verdad que me he leído como 20 veces cada uno de los temas que tiene publicados y sigues aprendiendo con cada lectura, porque a la vez que el bebé va creciendo, cambia tu forma de leer los temas, te fijas más en lo que necesita tu bebé en cada periodo. Así que, es una de las lecturas que recomiendo de internet para las mamás primerizas.


Mi conclusión es que, como todo, internet tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero no debemos obsesionarnos ni creernos todo lo que ponen en internet. Los que mejor te pueden solucionar las dudas y ayudar a lo largo del embarazo y el puerperio son los profesionales de la salud; acude a tu matrona o al pediatra y ellos te darán la mejor información. Y por más estúpida que te parezca una pregunta, que no te de vergüenza hacerla porque siempre habrá alguien que también la ha preguntado, y si no, más vale pregunta estúpida en mano que en internet volando.

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